La liposucción es la técnica quirúrgica que utilizamos para eliminar los depósitos de grasa que se acumulan en determinadas partes del cuerpo. Sobre todo, caderas y muslos en las mujeres y, abdomen y flancos, en los hombres.
Es una de las operaciones más solicitadas y también una de las más seguras, siempre y cuando se seleccione bien al paciente, el quirófano esté bien equipado y sea realizada por un cirujano plástico cualificado.
El hecho de que sea una de las operaciones más comunes en cirugía plástica ha hecho que también sea considerada como una de las más sencillas. Es cierto que para su realización se utilizan unas cánulas muy finas por las que se aspirará la grasa y que dejaran unas cicatrices apenas perceptibles y que la anestesia utilizada suele ser local y que, además, su duración no suele superar las dos horas. Sin embargo, es una técnica más complicada de lo que parece y que requiere mucha concentración del cirujano.
Lo primero de todo es, previamente a la operación, estudiar detenidamente la fisonomía del paciente y hacer un buen diseño de las zonas que se van a tratar para que luego no queden asimetrías. Lo mismo ocurre con los túneles que las cánulas van a crear al aspirar la grasa. El cirujano debe actuar con mucho tacto y concentración para que éstos sean muy homogéneos y no se produzcan irregularidades.
Otro punto importante es hacer un diseño del contorno corporal que se desea conseguir e identificar de dónde vamos a quitar, es decir, de dónde sobra, pero también de dónde falta. Ya que en ocasiones también es necesario infiltrar grasa en determinados puntos, es lo que llamamos la lipoinyección.
Otro de los riesgos de la liposucción es que puede ocasionar flacidez, especialmente en los pacientes más maduros. Aquí es clave calcular la cantidad de grasa que podemos quitar para no ocasionar el descolgamiento de la piel. La pericia del cirujano también será fundamental puesto deberá ampliar al máximo las zonas a liposuccionar para, así, aprovechar la retracción de la piel y lograr que la posible flacidez sea menor.
Además de la intervención, el cirujano también deberá supervisar la evolución del paciente. Los resultados logrados se irán apreciando a medida que vayan pasando los meses ya que la pérdida de volumen y la remodelación de la piel se van produciendo de manera continua y progresiva. El objetivo final de la liposucción no es la pérdida de peso sino conseguir la armonía corporal.
Más información en el siguiente enlace: http://www.cirugiaesteticabarcelona.com
viernes, 10 de julio de 2009
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