No es nada extraño que acudan a mi consulta chicas jóvenes, de 18 o 20 años o incluso menos, que desean realizarse una liposucción, un aumento de mamas o una rinoplastia.
¿Demasiado pronto? Más que la edad “del DNI” de la paciente, hay que tener en cuenta su madurez, su preparación psicológica para entender qué supone entrar en quirófano, qué cambios podrá obtener y cuáles no... (en este post podéis ver los requisitos del “candidato ideal” para someterse a una cirugía)
Por tanto, diríamos que no existe una limitación por fecha para pasar por el quirófano. En mi opinión, el momento adecuado es aquél a partir del cual la persona tiene una madurez física y psicológica para enfrentarse a una intervención. En algunos casos es a los 18 y, en otros se tarda más o simplemente se descarta la cirugía.
Las chicas más jóvenes normalmente solicitan operaciones de rinoplastia y aumento de mama, que es sin duda la operación que más practicamos en nuestra consulta, ya que somos especialistas.
¿Más jóvenes? una cirugía con una especial indicación en edades mucho más tempranas aún es la otoplastia (o cirugía de las orejas). Está indicada sobre los 6 años, momento en el cual los niños empiezan a tener conciencia de las deformidades y los defectos físicos, y en el que los compañeros de colegio pueden empezar a burlarse de esos defectos. Sometiendo a los niños a esta intervención evitamos por tanto la aparición del complejo asociado a la deformidad.
Pese a que, por tanto, no todas las intervenciones son igual de comunes a todas las edades, mi opinión es que una chica joven, preparada psicológicamente y con un buen estado general de salud, no tiene porqué rechazar su paso por el quirófano si esta es la decisión que, meditadamente, ha tomado para sentirse mejor con su aspecto y con su cuerpo.
2 comments:
Un artículo interesante y, a su vez, muy atrevido.
Una tentación irresistible para los adversarios de la profesión, o los que la critican por razones varias que no vienen a cuento. No es mi caso. No obstante, tras una lectura en vertical, aparenta ser un artículo frívolo y demagogo. Ésa ha sido mi percepción, aunque también creo que la intención no era llegar al lector objetivo de ese modo. Cuando se tratan estas cuestiones hay que ser muy prudente o dar demasiadas explicaciones. No hay término medio, debido a la polémica que suscita y seguirá suscitando la cirugía estética. Ahora ya no es sólo cirugía estética, sino cirugía estética en adolescentes, esa etapa tan difícil e inestable emocionalmente por la que nos toca pasar a todos.
Dicho esto, es importante destacar que en nuestro país no existe ninguna ley que regule la cirugía estética en menores. A mi modo de ver, una niña de 18 años no deja de ser eso: una niña. La madurez, la estabilidad en general, no se alcanza a esa edad. Ahora ya no. El mundo de los adultos es mucho más complicado y no se entra en él poniéndose tetas u operándose la nariz.
En cuanto a si los padres deben tomar esa decisión por sus hijos, no me parece lo más correcto. ¿Pueden los padres ser objetivos con sus hijos? ¿Qué es lo mejor para ellos? A los padres no les toca esa labor, y se equivocan muchas más veces de las que quisieran.
La cuestión es la misma de siempre: la escala de valores.
Tener poco pecho, una nariz no demasiado agraciada u “orejas de soplillo” no son deformidades. Una deformidad es otra cosa. Lo realmente importante de todo esto es evitar que los menores y no tan menores crean que ridiculizar al prójimo cuando se sale de los cánones de belleza sea lo natural, y es muy lamentable que haya que fabricarse un nuevo rostro o cuerpo para ser admitido en la sociedad actual.
Gracias por tomarse el tiempo de comentar mi entrada y aportar su visión.
Sin duda es una decisión complicada, mi punto de vista está basado en los años de experiencia que tengo atendiendo personas a las que trato de ayudar a salir un poco más felices de lo que eran cuando llegan a mi consulta.Con rigor y profesionalidad, soy el primer interesado.
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