¿Sabías que los fumadores tienen más riesgo de sufrir complicaciones postoperatorias que los no fumadores?
Por ejemplo en cuanto a la cicatrización.
Está demostrado que las personas fumadoras experimentan una cicatrización más
lenta ya que el humo afecta a la oxigenación de los tejidos, disminuyendo la
circulación e intoxicando la sangre.
Este hecho se acentúa cuando hablamos de intervenciones en las que
hay un aislamiento o levantamiento de la piel como en el caso de la reducción
de pecho, la abdominoplastia o el lifting facial, para las que el humo del tabaco es
especialmente perjudicial.
Aunque lo ideal sería abandonar este mal hábito de manera
permanente, se recomienda dejar el tabaco y cualquier sustituto que contenga
nicotina, al menos dos semanas antes y después de la cirugía.
Para los fumadores
pasivos, lamentablemente también existen riesgos. Por eso, si alguien de la
familia fuma se deben establecer pautas claras para que el hábito de otros no
afecte la recuperación.
Y tu, ¿dejaste de fumar definitivamente después del postoperatorio?
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