El cáncer de piel es una enfermedad producida por el desarrollo de células cancerosas en cualquiera de las capas de la piel. Se pueden distinguir dos tipos: el tipo no melanoma y el melanoma. El primero de ellos es el más frecuente, y dentro de este tipo se encuentran todos los cánceres de piel menos el melanoma maligno, que es menos frecuente (representa menos del 3% de todos los tumores). Aún así, en los últimos años la incidencia del melanoma maligno ha aumentado espectacularmente, multiplicándose por 3,3 en carones y por 2,5 en mujeres.
¿Cuáles son los factores de riesgo? El cáncer de piel aparece más frecuentemente en personas con determinadas características físicas (por ejemplo, las personas de raza blanca con el pelo rubio o rojizo, los ojos claros y abundantes pecas son especialmente susceptibles, mientras que el melanoma es muy raro en la población negra y en la oriental). Algunos factores genéticos también pueden influir, así como la edad (aproximadamente la mitad del número de casos de melanomas se presenta en personas mayores de 50 años) y la sobreexposición a lámparas y cabinas bronceadoras.
Pero sin duda el factor de riesgo principal es la exposición excesiva al sol. Aunque la luz solar ayuda a sintetizar las vitaminas A y D, la exposición excesiva, produzca o no quemaduras, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel, incluyendo el melanoma maligno. No sólo influye la exposición prolongada sino que una exposición intensa al sol, puntual, durante unas vacaciones por ejemplo, constituye un factor de riesgo tanto de carcinoma basocelular como de melanoma.
El cáncer de piel se puede reconocer por un cambio en el aspecto de la piel, como una herida que no sana o una pequeña protuberancia. También puede aparecer una mancha roja, áspera o escamosa con tendencia a crecer. Ante cualquier cambio o anormalidad de la piel, hay que acudir al médico. Éste puede extraer una muestra y analizarla (biopsia) para comprobar si es un tumor maligno o no.
Ahora que se acerca el verano hay que tener siempre presentes las recomendaciones que nos dan año tras año y que a menudo no ponemos en práctica (utilizar protección aunque esté nublado, aplicar el protector solar en casa, 20-30 minutos antes de exponernos al sol, beber mucha agua para evitar la deshidratación de la piel y en consecuencia haciéndola menos vulnerable al sol, evitar la exposición prolongada en las horas centrales, desde las 11 de la mañana a las 3 de la tarde, etc.)
Si queréis una detallada información sobre el cáncer de piel, no dudéis en consultar el apartado de nuestra web dedicado a la unidad de especialización en el tratamiento del cáncer de piel, que hemos puesto en marcha en la consulta con la colaboración de diversos especialistas, entre los que destaca el Dr.Garcés, autor del libro "Cuando calienta el sol", una obra divulgativa sobre los efectos del sol en la piel y la manera más saludable de broncearse).
2 comments:
Nuevamente, una entrada interesante, y muy apropiada para los meses de verano. De todos modos, discrepo con la opinión de que una piel bronceada tenga mayor aceptación en la sociedad que una piel blanca. ¿Quién impone este criterio? ¿Es la opinión de la mayoría siempre la más acertada? A mi modo de ver, una piel muy bronceada da un aspecto vulgar, poco elegante y, en el caso de las mujeres, poco femenino. Estar bronceado representa un estatus social, más subjetivo que objetivo en la mayoría de los casos, un hecho preocupante y dañino tanto para la piel como para la autoestima de los seres humanos. Cada vez son más las personas que, siendo relativamente jóvenes, aparentan más edad debido a una excesiva exposición solar, y ¿no está eso peor visto? ¿No es más antiestético? Las modas son cambiantes, caprichosas, y carecen de identidad propia. Personalmente, me inclino por no seguirlas.
El Dr. Garcés, a quien se menciona en este comentario, estará de acuerdo conmigo en algunas cosas. Otro de los aspectos importantes a tener en cuenta respecto al cuidado de la piel, es el uso correcto de los cosméticos. En el mercado hay infinidad de cremas que prometen hacer “milagros”. Todo mentira. Según el Dr. Garcés, con quien me visité en una ocasión, si estas cremas hicieran lo que prometen no podrían venderse como cosméticos, sino como medicamentos, y tendrían que ser recetadas por el médico. Tener una piel bonita depende, básicamente, de nuestros genes. Factores como la alimentación, llevar una vida saludable, no abusar del sol y el buen uso de los cosméticos, ayudan a mejorar la apariencia y a retrasar el envejecimiento prematuro de la piel. Especial atención requieren las pieles sensibles: cosméticos 100% libres de perfumes, 100% libres de colorantes y sin ácidos Alfa Hidróxidos (AHA).
Hola Janis, gracias por tu comentario. Estamos de acuerdo que una piel morena no tiene que tener más aceptación en la sociedad que una blanca! lo vamos a corregir porque no es correcto.
Muchas gracias por las aportaciones, y por pasar por aquí.
Publicar un comentario