La liposucción es sin duda una de las operaciones estéticas más demandadas dentro de la cirugía estética debido a su relativa facilidad y sus óptimos resultados. Es una técnica quirúrgica destinada a corregir aquellas zonas corporales en las cuales persisten acúmulos grasos muy difíciles de quitar mediante la dieta o el ejercicio físico.
Hay que precisar que el resultado dependerá de la calidad de la piel del paciente, la piel debe volver a su nuevo contorno corporal tras retirar la grasa, por ello en pieles jóvenes con mayor firmeza y elasticidad, se consiguen mejores resultados.
La liposucción, también llamada lipoescultura, se puede practicar en diferentes partes del cuerpo como caderas, muslos, rodillas, tobillos, brazos, abdomen... siempre buscando un resultado de una piel tersa, dura y con resultados definitivos.
La liposucción es la técnica encaminada a la remodelación del contorno corporal, es una técnica sencilla de realización pero que exige una gran concentración para obtener un buen resultado. Las cicatrices que se realizan en esta técnica quirúrgica son mínimas, evidentemente se producen, pero son imperceptibles con el tratamientos y cuidados posteriores.
La recuperación de la liposucción se fundamente en varios puntos claves que debe seguir el paciente como son el uso de una faja diariamente durante un mes, un práctica incómoda pero necesaria para que la piel se adapte al nuevo contorno. La realización de masajes linfáticos que ayudan a que la nueva readaptación de la piel se realice de manera más fácil.
El paciente se reintegra a la vida normal muy rápidamente, en dos o tres días y el resultado no se aprecia hasta un largo tiempo después, incluso de dos o tres meses en muchos casos por lo que es importante que se tenga la paciencia necesaria.
La celulitis es técnicamente una inflamación de las células grasas pero comúnmente se utiliza para designar a los acúmulos que dan a la piel el aspecto de piel de naranja, la liposucción no es el tratamiento adecuado para combatir este efecto y no resuelve este problema, la liposucción es un tratamiento óptimo cuando está bien indicado como la eliminación de acúmulos grasos en zonas corporales como las conocidas cartucheras, en ningún caso la liposucción será un tratamiento para la obesidad. Cuando se realiza una liposucción lo que estamos consiguiendo es remodelar o corregir el perfil de la paciente de forma más armoniosa independientemente de su peso corporal.
Tras la operación existen dudas sobre si los acúmulos de grasa se pueden volver a reproducir, el paciente puede volver a engordar pero engordará de manera uniforme y sin que se acumule en los acúmulos, por ejemplo tras la eliminación de las cartucheras estás no volverán a producirse ya que se engorda de manera uniforme.
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