La rinoplastia es una de las operaciones de estética más demandas actualmente en cualquier consulta de cirugía estética y esta tendencia va en aumento dentro del sector masculino.
Pero tras la realización de una rinoplastia no se puede emitir un juicio sobre el resultado de la operación hasta que no hayan transcurrido varios meses, incluso en ocasiones un año completo por la razón que este es el tiempo que precisan los tejidos para estabilizarse y las cicatrices para realizar su proceso de maduración. Es difícil que el paciente que realiza una rinoplastia en la Teknon asimile que este periodo pueda prolongarse tanto.
Hay que recalcar que la intención de la rinoplastia es que la nariz operada no llame la atención, el objetivo fundamental es que la nariz se integre plenamente en el contexto general de la cara produciendo un conjunto armónico y agradable, es decir, que no se detecte que ha sido intervenida y se produzca una armonía facial satisfactoria.
En algunos casos es necesario llevar a cabo una segunda operación cuando los resultados obtenidos no son los esperados, ya sea por graves alteraciones anatómicas iniciales, por trastornos en la cicatrización de los tejidos, por traumatismos postoperatorios, etc. con lo que no se consigue el resultado deseado, si hay asimetrías, irregularidades en el contorno nasal, problemas funcionales, etc. el paciente deberá pasar por el quirófano para realizar algún retoque pero siempre a partir de los seis meses de la primera intervención. Esto ha de ser advertido al paciente antes de la operación ya que debe estar preparado para aceptar una nueva cirugía si fuera necesaria.
Este procedimiento es lo que se conoce como rinoplastia secundaria, una intervención que ha aumentado exponencialmente debido al aumento de la preocupación estética y la demanda de rinoplastias aún más complejas o por un resultado insatisfactorio de una primera rinoplastia realizada por un profesional no cualificado para una intervención tan compleja como es la rinoplastia. En ocasiones el uso de rellenos nasales con materiales defectuosos y no reabsorbibles puede abocar también a una intervención.
En algunos casos los propios hábitos de vida del paciente provocan una segunda intervención como en el caso de las reconstrucciones del tabique nasal que están aumentando por el mayor consumo de cocaína y es necesario la reconstrucción de tabiques nasales mediante el uso de tejidos propios del paciente para volver a "forrar" las estructuras dañadas por la cocaína y reconstruirlas mediante cartílago.
Pero tras la realización de una rinoplastia no se puede emitir un juicio sobre el resultado de la operación hasta que no hayan transcurrido varios meses, incluso en ocasiones un año completo por la razón que este es el tiempo que precisan los tejidos para estabilizarse y las cicatrices para realizar su proceso de maduración. Es difícil que el paciente que realiza una rinoplastia en la Teknon asimile que este periodo pueda prolongarse tanto.
Hay que recalcar que la intención de la rinoplastia es que la nariz operada no llame la atención, el objetivo fundamental es que la nariz se integre plenamente en el contexto general de la cara produciendo un conjunto armónico y agradable, es decir, que no se detecte que ha sido intervenida y se produzca una armonía facial satisfactoria.
En algunos casos es necesario llevar a cabo una segunda operación cuando los resultados obtenidos no son los esperados, ya sea por graves alteraciones anatómicas iniciales, por trastornos en la cicatrización de los tejidos, por traumatismos postoperatorios, etc. con lo que no se consigue el resultado deseado, si hay asimetrías, irregularidades en el contorno nasal, problemas funcionales, etc. el paciente deberá pasar por el quirófano para realizar algún retoque pero siempre a partir de los seis meses de la primera intervención. Esto ha de ser advertido al paciente antes de la operación ya que debe estar preparado para aceptar una nueva cirugía si fuera necesaria.
Este procedimiento es lo que se conoce como rinoplastia secundaria, una intervención que ha aumentado exponencialmente debido al aumento de la preocupación estética y la demanda de rinoplastias aún más complejas o por un resultado insatisfactorio de una primera rinoplastia realizada por un profesional no cualificado para una intervención tan compleja como es la rinoplastia. En ocasiones el uso de rellenos nasales con materiales defectuosos y no reabsorbibles puede abocar también a una intervención.
En algunos casos los propios hábitos de vida del paciente provocan una segunda intervención como en el caso de las reconstrucciones del tabique nasal que están aumentando por el mayor consumo de cocaína y es necesario la reconstrucción de tabiques nasales mediante el uso de tejidos propios del paciente para volver a "forrar" las estructuras dañadas por la cocaína y reconstruirlas mediante cartílago.
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